Buscador

Entrevista a una egresada: Paula Rodríguez

La alumni de Ingeniería Comercial UC, Paula Rodríguez, nos cuenta la importancia de su experiencia UC en la exploración de su vocación por mejorar la educación chilena.

Tras años de experiencia en el área comercial de diversas empresas de retail, Paula Rodríguez, ingeniera comercial de la Universidad Católica de la generación de 1995, actualmente trabaja en la empresa que su padre fundó hace más de 40 años, Nutrisa.

Paula además dicta clases de matemáticas en un colegio en la comuna de La Pintana, y también colabora en la Fundación Enseña Chile, específicamente en un nuevo programa de voluntariado presente en más de 10 colegios vulnerables, enfocado en el reforzamiento de las matemáticas.

¿Cómo recuerdas tu experiencia en la UC? ¿Qué aprendizajes dirías que te marcaron en esa etapa de formación? 

Cuando ingresé a la UC la verdad es que no me gustó mi carrera, pero a pesar de eso no claudiqué, porque sabía que era una disciplina versátil, y que trabajar como ingeniera comercial iba a ser muy desafiante y entretenido, cosa que se ha cumplido totalmente. 

A los alumnos de ingeniería comercial que no están contentos en la carrera siempre les digo que aguanten. Vale la pena tener paciencia, porque es una carrera que te da una libertad tremenda. Ojalá tomen ramos de otras áreas, eso les va a dar oxígeno, nuevas inquietudes y miradas diferentes. 

¿Podrías contarnos alguna anécdota de tu paso por la UC? 

Los mejores recuerdos que tengo de la Universidad son alrededor de una mesa, conversando con el profesor Ernesto Rodríguez. 

Lo conocí cuando dictaba un curso que se llamaba Economía y creatividad. Yo creo que nadie tenía muy claro de qué se trataba el ramo. Nos hacía leer textos para despercudirnos y escribir ensayos. Le cambiaba el nombre todos los años y hablaba de lo que quería. De vez en cuando lo llamaban desde el tercer piso para tirarle las orejas, pero me tinca que Carmen Tessada entendía que el objetivo último de Ernesto era más grande que su rebeldía: sacarnos un rato el Ebitda (indicador financiero) de la cabeza; hacernos mirar de frente el alma del ser humano, y reflexionar sobre sus anhelos más profundos. 

La amistad con Ernesto fue muy importante para mí. Su sabiduría y sencillez me empujaron a abrirme hacia las humanidades. Gracias a él empecé a tomar ramos de filosofía mientras estudiaba la carrera. Ernesto ya no nos acompaña, pero la inquietud que abrió es imposible cerrarla. 

¿Cómo llegas a la Fundación Enseña Chile? 

El año 2019 presenté a una municipalidad un plan de voluntariado orientado a nivelar en matemáticas a alumnos de colegios vulnerables. Después de meses de empujar para hacer realidad este plan, me di cuenta de que no había real interés. 

Llamé entonces a Matías Lagos, compañero mío de Universidad, y le encargué que me ayudara a buscar dónde poder colaborar. Me contactó con Tomás Recart y se unieron los cabos: Tomás venía pensando en el mismo tipo de voluntariado y tenía la plataforma perfecta para ofrecerlo, a través de los colegios con los que trabaja la Fundación Enseña Chile. 

Este programa de voluntariado ya lleva 2 años funcionando y estamos presentes en 10 colegios a lo largo de todo Chile. 

¿De qué se trata este proyecto de voluntariado y cómo nuestros egresados y egresadas pueden apoyar? 

¿Sabían que el 85% de los estudiantes chilenos no maneja las matemáticas básicas y que además no se sienten capaces de aprenderlas? Esto es dramático porque, además del problema de no manejar los números, se genera una baja tremenda en la autoestima de los alumnos y, como consecuencia, ellos mismos van limitando sus aspiraciones futuras. 

El programa es muy concreto: usamos las matemáticas como vehículo para trabajar la autoestima. Para esto hacemos clases presenciales de matemáticas a alumnos de IV° medio de colegios vulnerables en todo Chile. Les demostramos a través de evaluaciones periódicas que, si se comprometen con ellos mismos, sí se puede. 

¿Cómo nuestros egresados y egresadas pueden apoyar?

Los voluntarios son profesionales a los que les gusta las matemáticas y que pueden destinar una mañana a la semana para hacer clases. En este momento un tercio de los voluntarios somos compañeros de Universidad. Me encanta el compromiso de mis compañeros, que no se quedaron en el WhatsApp del curso comentando, sino que se comprometieron y pusieron manos a la obra. 

El plan para 2024 es llegar a 50 colegios, con lo que llegaríamos a 1.000 jóvenes. Para lograrlo, necesitamos 100 voluntarios nuevos. Quiero de aprovechar de invitar a los alumni UC a salir de nosotros mismos una mañana a la semana y acompañar a nuestros jóvenes a soñar con un futuro mejor.

¡Anímense a escribirle al coordinador general del programa, Nicolás Garrido (ngarrido@ensenachile.cl) para participar!

¿Cuáles son tus sueños para Chile y cómo crees que tu rol profesional aporta en ese sueño? 

Mi sueño es que algún día todos los niños puedan recibir una educación de calidad. Que su futuro no dependa del colegio donde estudiaron. 

Para esto es clave que nuestra sociedad respete y valore el trabajo de los profesores. Sueño con que sean remunerados proporcionalmente con el aporte que hacen a nuestra sociedad. 

Paula Rodríguez junto al alumni Ney Faure, realizando clases de matemática en voluntariado de Enseña Chile.

Otros Relacionados