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Entrevista a una egresada: Paula Ilabaca

Paula Ilabaca, Licenciada en Pedagogía y en Letras UC, nos habla de su paso por la universidad y cómo influyó en su camino como escritora, editora y docente.

¿Cómo descubriste tu pasión por la poesía? ¿Recuerdas algún momento en particular que haya sido decisivo para ti?

Yo escribía de muy chica, siempre escribí de hecho. Y cuando entré a Letras, obviamente te pueden pasar dos cosas: o sigues escribiendo o dejas de escribir. Es como muy radical esa decisión.
Cuando entré a Letras, lo que más me impactó fue la literatura antigua, y ahí mi profesora María de Los Ángeles Escandón, no sé si siga todavía, pero ella fue fue súper importante para mí. Así que, en ese sentido, la formación clásica de literatura e ir conociendo la historia de la literatura de manera lineal, me ayudó un montón para entender lo que yo estaba haciendo, para entender lo que había estado escribiendo y para seguir escribiendo.

¿Qué importancia ha tenido la Universidad Católica en tu formación como escritora?

De partida ahí conocí a Héctor Hernández, que es mi gran amigo y con él empezamos a hacer muchas lecturas. Siempre la Facultad de Letras, el Centro de Alumnos de esos años, nos dio todo el respaldo. El Héctor, de hecho, era embajador cultural y yo le ayudaba a hacer recitales de poesía. ¡Invitamos a muchos poetas de ese tiempo! Era el año 99’, reciente igual del plebiscito, entonces eran años bien motivantes, súper inspiradores. Ahí empezamos a hacer hartas lecturas, conocimos a varios poetas y también toda la suerte que el año 2000 o 2001 estuvo de profesor residente Raúl Zurita. Y después estuvo Diamela Eltit. Entonces tomé talleres con ellos y hasta el día de hoy nos escribimos. Tenemos muy buena relación de amistad, afecto y fue muy importante para mí ese espacio que me dio Letras.

¿Tú crees que ellos fueron tus principales influencias literarias en ese momento?

Sí y no, porque no es como que nos hicieran leer sus libros -porque ya los habíamos leído en otros ramos-, sino que también ellos nos recomendaban lecturas que eran importantes de acuerdo con lo que cada uno estaba haciendo. Fue un acompañamiento también tener autores reales, vivos, que estaban publicando porque eso nos habría un montón de mundo.

¿Recuerdas alguna anécdota o recuerdo significativo de esa época como estudiante en la UC?

Sí, bueno, en ese tiempo hicimos performance con Héctor Hernández. Alcanzamos a estudiar en Campus Oriente, entonces, también eso le daba como todo una mística…Los pasillos…. Y había una cosa como bien romántica, que hasta el día de hoy considero como que fue un movimiento artístico y literario que me marcó mucho. Hacíamos hartas tertulias literarias con otros amigos de la carrera que escribían. También recuerdo con mucho aprecio a la Marina Saldívar, a Domingo Román, a Rubí Carreño, que todos ellos propiciaban un espacio bien motivador.
Recuerdo que nunca nadie dijo: “no, esto no es para ustedes”, por ejemplo, algo que pasa en algunas escuelas de literatura en donde ponen al escritor o escritora y el mundo literario súper lejano. Acá traían a los escritores, hacían encuentros en donde iban escritores una vez al año. Todo eso ayudaba a la idea de que el escritor era un sujeto común y corriente. Es decir, nos mostraban que el escritor tenía familia, tenía cosas que hacer, tenía trabajo, entonces todo eso,  fue súper significativo. Raúl Zurita ganó el Premio Nacional cuando estaba como escritor residente. Entonces eso también nos marcó mucho como estudiantes, o sea un profesor, un poeta que hacía clases, que se ganó el Premio Nacional muy joven.

¿Cómo describirías tu proceso creativo? ¿Qué te inspira a escribir?

En estos momentos estoy escribiendo narrativa y estoy trabajando crimen, novela negra. Entonces, evidentemente, como que todas las injusticias y todo lo que hemos sufrido también las mujeres me motivan mucho. Mas que mal pertenecí a la primera generación de estudios de género en la UC, lo que me marcó mucho también, porque fue un curso emblemático y porque me abrió muchas reflexiones. Cuando escribía poesía, los estudios de género marcaron mi primera trayectoria.

Además me gusta mucho ver las noticias. Yo siempre vi televisión y me parece que es un poco llevar el pulso de lo que está pasando ahora. Con las redes sociales me siento igual. Me siento una escritora bien conectada con lo que está sucediendo en la sociedad.

¿Qué papel crees que tiene la poesía en el mundo actual?

Creo que estamos viviendo un tiempo donde la narrativa está mucho más vigente, hay muchos más lectores y lectoras de narrativa, y no tanto de novelas. Yo tengo una editorial de poesía y creo que hay siempre como una intención de poner en la palabra poética como todo lo que ha ocurrido, desde el estallido social hasta la pandemia. Considero que son como temáticas que nos volvieron un poco a unir con este dolor que pareciera ser que siempre estuvo y que los escritores(as) estábamos atentos a esa pulsión.

¿Cuál es tu obra favorita entre todas las que has publicado hoy?¿Por qué?

Mi favorita es «La perla suelta», que ahora hace poco se ganó un premio en la traducción. Fue algo para mí muy importante y  hubo mucho silencio alrededor de ese libro, como que nadie habló del libro, tampoco una reseña y fue como: «oh, qué fuerte». Me sentí un poco  sola con un tercer libro después de dos libros con mucha recepción. Pero, al mismo tiempo, tenía la convicción de que estaba bien lo que estaba haciendo y que era algo que tenía como soporte.

 ¿Qué le recomendarías a un estudiante de Letras?

Yo le diría que escriba, y que empiece a buscar compañeros(as) para escribir, porque el diálogo con otros(as) que escriben es muy importante. Para esto están los talleres, por ejemplo. Creo que los talleres son lugares donde uno encuentra a otras personas como uno y en donde se aprende a defender un texto propio, a encontrar también lo que uno quiere hacer. En ese sentido los talleres son distintos a los cursos.

¿Cómo es el Chile que sueñas?

Sueño con un Chile lector. Es super importante la lectura. Me gustaría que de una vez por todas la educación también cambiara, porque hay problemas que no tienen que ver con los aranceles, que no tienen que ver con las mensualidades; tiene que ver con las personas que se están preparando para ser profesores y profesoras.
Creo que ese es mi sueño, como que la educación por fin de un vuelco y nos empecemos a preocupar también como adultos. Un Chile en donde la educación sea importante y digna  en donde los profesores también tengamos una vida importante, que no seamos los últimos en todo.

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