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Entrevista a una egresada: Micaela Paredes

Entre más de 1.000 poemarios, la obra literaria «Propétides» de la alumni Micaela Paredes fue escogida para obtener el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández 2024 en España.

La exalumna de Letras Hispánicas, máster en Escritura Creativa de la Universidad de Nueva York y poetisa chilena Micaela Paredes (30), recientemente obtuvo el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández – Comunidad Valenciana 2024 por su poemario «Propétides», escogida entre 1.035 obras presentadas en el certamen.

Este premio es organizado por la Fundación Cultural Miguel Hernández, con la colaboración de la Conselleria de Cultura, la Diputación de Alicante y el Ayuntamiento de Orihuela en España.

De qué trata Propétides, cómo fue el proceso creativo y cuáles son los próximos proyectos de la alumni de Letras UC, te lo contamos en la siguiente entrevista.

¿Cómo recibes la noticia del “Premio de Poesía Miguel Hernández 2024”? 

Con mucha alegría y gratitud. Fue una noticia inesperada y una sincronía, pues es una buena forma de abrir caminos en España y poder conectar a través de la poesía con otras personas. Además, Miguel Hernández es un poeta imprescindible al que leo y quiero mucho; es una compañía que no cesa. 

¿Cómo surge tu interés en la poesía en tu camino profesional, y cuáles fueron tus mayores influencias? 

Comencé a leer y escribir poesía en segundo año de la licenciatura, en un taller que dio Virgilio López Lemus, poeta cubano que estuvo en 2013 como escritor en residencia en la Facultad. Ese fue un encuentro providencial; creo que, de no haberme cruzado con él, no habría descubierto mi amor por las palabras. 

¿Cuéntanos sobre tu obra premiada «Propétides»? ¿Cómo fue el proceso creativo y la inspiración? 

Es un conjunto de textos que comencé a escribir en 2020. Los poemas que dan nombre y estructura al libro son un diálogo con algunos relatos mitológicos de las Metamorfosis de Ovidio, que leí durante la pandemia y me inspiraron a usarlos como punto de partida para hilar mis propias inquietudes y experiencias, a través del uso de máscaras de diosas y ninfas como Venus, Perséfone, Dafne, las Ménades, Eco y las mismas Propétides (mujeres libres que se niegan a rendir culto a la diosa del amor, Venus, por lo que son castigadas y obligadas a prostituirse, lo que las vuelve “duras y frías como estatuas”). Lo que comenzó como un juego fue tomando forma con el tiempo, un tiempo en que escribí también poemas que no tienen el sustrato mitológico pero nacen del mismo momento vital y también forman parte del libro. 

¿Crees que tu paso por la UC y la Facultad de Letras influyó de manera positiva en tu trayectoria profesional? 

Mi paso por la Facultad de Letras estuvo lleno de descubrimientos y encuentros literarios, poéticos y vitales que nutrieron mi camino y me han dado herramientas para desarrollarme profesionalmente (aunque la proyección profesional de una persona letrada siempre es un misterio que hay que ir descubriendo a medida que se vive; yo misma no sé qué voy a estar haciendo en un par de meses), pero por sobre todo humanamente. 

Fue un tiempo estimulante en varias dimensiones. Todos los cursos de poesía que tomé fueron decisivos para mí; me abrieron la perspectiva, la creatividad, el corazón. Personas que conocí en la Facultad y de las que aprendí mucho, además del mencionado Virgilio: Pedro Lastra (que fue por varios años director de la revista Anales de Literatura), Roberto Onell, Mané Zaldívar. 

¿Podrías enviarle un mensaje a las y los estudiantes de Letras que están interesados en ser escritores? 

Más que preocuparse de “ser escritoras y escritores”, les diría que, si la escritura y la relación creativa con las palabras es para ellas/os un proceso vital, íntimo y necesario, le den rienda suelta y no escatimen en energía, tiempo y espacio para nutrir esa dimensión en sus vidas, más allá de los caminos y “resultados” en los que la escritura pueda llegar a desembocar. 

¿Qué sueñas para Chile? 

Es una pregunta grande y demasiado abstracta — “La patria es una isla imaginaria”—. No me gusta pensar y menos soñar limitada por fronteras. Si sueño algo para Chile, lo sueño en realidad para mí, para ti, para el corazón de la humanidad; una vida nutrida por el amor y la consciencia de que todos somos un solo gran organismo — al borde de la autoaniquilación— sin nacionalidades ni carreras profesionales ni nombres ni religiones ni necesidades separadas de las de todo el resto de seres vivos del planeta. ¿Qué sueño? Un milagro que nos despierte del horroroso letargo de la indiferencia y la banalidad. 

¿Dónde te encuentras viviendo actualmente y cuáles son tus futuros proyectos? 

Al año siguiente de terminar la licenciatura en Letras Hispánicas me fui a Estados Unidos a cursar un doctorado en literatura. Ahí me di cuenta de que no quería seguir una carrera académica, me asfixió el ambiente competitivo, por lo que dejé el doctorado e inicié un máster en escritura creativa. Tuve tiempo para escribir y leer, y durante la pandemia volví a Chile, primero a Santiago, luego me mudé a Valparaíso.

Estos años he trabajado como correctora de textos para diferentes editoriales independientes; ahora soy correctora de la Editorial UV, y hace unos meses estoy viviendo en Madrid y haciendo talleres de escritura online por mi cuenta. 

Actualmente estoy escribiendo una novela y pensando en un proyecto de traducción de algunas poetas del portugués y del inglés al español. También en darle continuidad a los talleres de escritura que comencé a hacer por mi cuenta hace algunos meses (un proyecto que se llama “La voz de Sila”). 

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