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Entrevista a una egresada: Javiera Lara Barrios

En el primer ciclo de educación básica, Javiera Lara empezó a participar activamente de coros. Fue ahí en donde empezó a darse cuenta que el hecho de cantar con más personas y lograr un resultado artístico, era lo que quería para el resto de su vida. Hoy, la mezzosoprano y profesora del programa «Respira, sana y canta!!» repasa su trayectoria como integrante de diversos coros y en distintos escenarios a lo largo de Chile, y revive sus mejores recuerdos en la UC.

¿Qué recuerdas de tu paso por el Instituto de Música?

Afortunadamente sigo teniendo vínculo con él pues también estoy cursando la carrera de Canto Lírico, así que mi paso por el Instituto de Música aún no finaliza del todo. Sin embargo, haciendo un recuento de lo que va de mi etapa del pregrado, lo primero que viene a mi mente es el espacio físico en el que ocurren las actividades. El ambiente artístico que se genera en los patios, pasillos y salas del Campus es un fenómeno super interesante además de enriquecedor para todos(as) quienes lo frecuentamos pues hay alumnos de Teatro, de Artes, de Estética y de Música; todos(as) realizando sus actividades en el mismo ambiente. Otro recuerdo ya más particular del Instituto fueron las clases de Lectura y Auditivo que tenemos los(as) estudiantes a lo largo de toda la carrera, dado que se congregaban las distintas especialidades; cantantes, intérpretes de guitarra, cuerdas, vientos, percusión, etc. Era el ramo que teníamos con más frecuencia y nos ayudó mucho para desarrollar habilidades necesarias en el ámbito profesional. Finalmente, el último recuerdo importante que tengo es haber asistido a los conciertos organizados por el Instituto, y algunos que tuve la fortuna de participar como intérprete. Esto último creo que marcó la manera que tenía de entender la labor de un músico profesional, pues se comparte escenario con los mismos profesores del Instituto y se aprenden cosas que sólo suceden en una situación de concierto real.

¿Qué te motivó a estudiar música y a elegir como mención dirección coral?

Si bien en el momento fue una decisión difícil, principalmente por el prejuicio social de que los músicos no son capaces de solventar sus gastos holgadamente, mi motor principal fue que me gustaba mucho. Desde el primer ciclo básico que participo activamente en coros, la experiencia generaba algo muy especial en mí, y el hecho de cantar con más personas y lograr un resultado artístico me llamaba mucho la vocación. El poder generar instancias para que más personas tuvieran esa experiencia terminó por convencerme de que esta carrera tenía sentido para mí y para mi entorno social.

De todas las presentaciones que has hecho en tu vida, ¿Cuál ha sido la experiencia más inolvidable que has tenido arriba de los escenarios?

Esta pregunta está difícil. Creo que todas tienen algo de inolvidables porque traen inherentemente consigo un aprendizaje. Sin embargo, debo mencionar dos eventos que marcaron significativamente no sólo mi carrera. La primera fue una producción a cargo de la profesora Miryam Singer en Artifica la UC, en la cual montamos la última ópera de Il trittico de Puccini, Gianni Schicchi y debíamos interpretar a personajes muy histriónicos, salir de nuestra zona de confort, aprendimos a maquillarnos nosotros(as) mismos(as) y hasta tuvimos que bailar en el escenario. La otra presentación fue con el difunto profesor del Instituto, Víctor Alarcón, quien siempre nos empujaba a enfrentar nuevos desafíos para superarnos. En este concierto estábamos en la sede de la Junta de Vecinos en Puerto Fuy con el Concerto Vocale, ensamble vocal que dirigía el profesor. Era la primera vez que viajaba al sur del país, llovía mucho, el camino de ida estaba tomado por conflictos políticos y encima, llegamos tarde. Sin embargo, escuchamos a los otros coros, cantamos bajo la batuta del “Vicho” y al final todos terminamos abrazados cantando La Jardinera de Violeta Parra, y después sambas y chacareras. En estos eventos se podía sentir un espíritu coral colectivo puro.

¿Cómo nace el programa «Respira, sana y canta»?

El programa, a cargo de la profesora Miryam Singer y el Departamento de Artes y Cultura de la Universidad, nace por la necesidad de brindar un apoyo para quienes han vivido momentos duros y complejos en su salud debido al virus Covid-19, acompañar el proceso de rehabilitación respiratoria con cantantes jóvenes y generar redes de confianza entre los mismos participantes de la actividad. Por otro lado, esta instancia busca aportar un grano de arena apoyando a los(as) artistas en el desamparo que vivió y está viviendo el mundo de las artes por la suspensión de eventos culturales debido a la pandemia.

¿Cómo ha sido la experiencia de participar en el programa «Respira, sana y canta»?.

Mi experiencia en este primer ciclo de sesiones ha sido fantástica. Es muy gratificante ver cómo, a medida que pasan los días, los(as) alumnos(as) van generando más resistencia muscular en el proceso respiratorio, más conciencia corporal y en general mucho compromiso con el programa. También es un fenómeno interesante contarles cómo los cantantes concebimos el cuerpo como nuestro instrumento, las imágenes visuales que ocupamos para trabajar la respiración o la emisión vocal, e incluso se muestran interesados(as) cuando les contamos cosas inherentes a nuestra disciplina artística. Creo que la labor que realiza el programa no es sólo de rehabilitación, sino que acercamos un poco las artes a los hogares de cada uno de los participantes.

¿Qué le aconsejarías a quienes están estudiando actualmente la carrera de Música?

Les aconsejaría que siempre tengan claro por qué están estudiando Música. Lamentablemente hay mucho abandono de la carrera en muchas universidades, quizás porque las expectativas que se tenían antes de entrar eran diametralmente distintas a lo que realmente es. Si bien en la carrera (y siempre) se involucra bastante sacrificio porque hay que estudiar muchísimo y fortalecer habilidades creo que, si uno no está del todo convencido, es fácil flaquear.

También les aconsejaría escuchar mucha música. Desde los compositores clásicos con obras instrumentales, vocales, hasta el Rock, el Pop, el Trap. La “industria” musical refleja la sociedad en la que habitamos y desconectarse de la vanguardia significaría de cierta manera perder de vista un aspecto importante en la expresión cultural.

¿Qué significa la música en tu vida?

Bueno, como pudieron apreciar, la música es un pilar fundamental en mi vida. Es mi carrera, mi profesión, el modo en que me expreso, mi forma de socializar, etc. Sin embargo, más allá de lo que signifique para mí, creo que la música es una forma tan humana de expresarnos, de sentirnos representados, tocados en alguna arteria cerca de nuestro corazón que nos deja sin palabras y nos hace sentir calor en el pecho o quizás cosquillas en los pies deseosos de danzar. Sin importar los gustos de cada persona, sus creencias, si escuchamos a alguien cantar guardaremos silencio por unos segundos para prestarle atención y quizás hasta conocemos la canción; cuando escuchamos unos tambores nos dan ganas de seguir su ritmo, y quizás hasta nos levantemos a bailar. Como seres humanos, creo que es un regalo poder disfrutar y compartir música.

¿Cómo es el Chile que sueñas?

El Chile que sueño considera las artes como un patrimonio de valor, destaca los talentos, genera oportunidades para jóvenes promesas, brinda educación de manera gratuita e igualitaria en todos los rincones del país. El Chile que sueño valora las tradiciones y culturas originarias, las cuales serían nuestro orgullo a nivel internacional no sólo en área de las artes. El Chile que sueño genera espacios paritarios y es inclusivo con todos los seres humanos. El Chile que sueño le da más valor a las personas que conforman toda la nación y a su desarrollo como ciudadanos, que a los recursos económicos que hacen que sólo algunos se enriquezcan. El Chile que sueño es un país preocupado del medio ambiente, de la flora y la fauna; una nación que se enfrente a la crisis climática de manera asertiva y eduque a sus ciudadanos para cuidar la naturaleza. En el Chile que sueño, nos respetamos y nos cuidamos entre todos(as).

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