Entrevista a un egresado: Tomás Recart

¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la UC?
La UC me marcó a fuego. Principalmente por las personas que conocí en la Universidad. La UC tiene una capacidad, por diversas razones, de atraer a gente muy diversa en intereses, opiniones, hobbies. Tu hoy puedes estudiar con gente que es deportista, poetas, filósofos, etc. Además yo siento que siempre quise aprender y creo que me resultó, tanto dentro del aula como fuera del aula. ¿Entonces, cuál es el balance? Es complejo, pero el poder sacarle jugo a las experiencias es algo que yo recomiendo plenamente. Un ejemplo de esto es Enseña Chile, tiene a profesionales UC de distintas edades y carreras. Enseña Chile es en el fondo un ejemplo de la riqueza de la vida universitaria dentro de la Católica.

¿Recuerdas alguna anécdota en tu paso por la UC?

Claro, hice muchas cosas. Jugué por la selección de fútbol novata y por la selección de rugby. Fue una experiencia impresionante, profesional. Competíamos con otras universidades. Recuerdo que en la selección de futbol terminé de arquero porque yo era el más alto. Todas estas fueron experiencias súper poderosas. Yo creo que la vida es así, o sea, poder tener distintas dimensiones, el poder pensar con una perspectiva amplia es fundamental.

¿Fue este mismo cariño el que te llevó a tomar la decisión de aceptar ser uno de los dos representantes de los exalumnos(as) en el Honorable Consejo Superior?

Lo que pasa es que yo no me siento «representante», porque es imposible que mi voz represente la voz de 130 mil personas. Yo trato de agregar una perspectiva adicional a ese Consejo que ya tiene muchas miradas, que es la del exalumno no académico. En definitiva, yo represento no solamente el mundo del egresado, sino que también el mundo de la gente que está fuera de la Academia y que da una visión distinta. Estoy muy agradecido de participar en esta instancia, porque he compartido con el decano de Teología, con el decano de Ciencias Sociales, con el decano de Medicina. Y  sin ir más lejos, la última reunión fue sobre salud mental, y fue muy divertido porque yo, el ingeniero, hablé y pregunté: «¿Y, dónde está el corazón?.

Desde esta instancia, ¿en qué sientes que has podido contribuir a la Universidad?

Como egresado, de nuevo, soy muy preocupado de decir que yo no puedo representar, pero hago mi mejor esfuerzo. Yo en Enseña Chile tengo el privilegio de recorrer harto el país, pero el Chile que muchas veces no se ve. Veo muchas realidades, no solamente la realidad educacional, si no que la familia, el territorio, los problemas del centralismo. Se ve el acceso a salud, el acceso a la vivienda, entonces muchos creen que solamente es un tema de educación, pero es vivir el chile de verdad. Eso hace que el termómetro que uno tiene es muy potente. Y justamente son esas comunidades a las que trato de poner en el Consejo Superior. Trato de poner esa voz en el Consejo, la voz del terreno.

¿Y, cómo motivarías a otros egresados(as) a mantener a seguir vinculados(as) con la universidad?

Nuestra sociedad se está volviendo muy individualista. Entonces la gente no contribuye en cosas que quizás no ve el impacto en el corto plazo o la retribución. Y para mí, contribuir en la Universidad, es un tema a largo plazo. Pero uno tiene que tener una mirada más allá de uno mismo, una mirada a largo plazo. Entonces, no solamente es contribuir a la Universidad, sino que contribuir a cosas que quizá uno no ve la retribución mañana, pero donde hay que ver más allá del beneficio personal.

¿Hacia dónde está enfocado ahora Enseña Chile y hacia dónde están apuntan los proyectos que tienen por delante?

Mucha gente no entiende de dónde nace Enseña Chile, y nace desde la idea de que los líderes de nuestro país no entienden el problema. O sea, tú no puedes solucionar algo que no entiendes. Entonces, por eso en Enseña Chile tenemos ingenieros, periodistas, abogados, médicos en la sala clase, porque más que un periodista, un abogado, un médico, lo que nosotros estamos viendo es un futuro líder que va a tomar decisiones que afectan la educación de Chile.

Es por eso que en Enseña Chile nos preocupamos de que esos futuros líderes entiendan el problema primero. Mas allá de la educación, el tema es que hoy en día efectivamente tu origen determina gran parte de tu futuro. Y como decía Einstein, si tuviera 60 minutos para responder a un problema, del cual dependiera mi vida, desgastaría 55 minutos en hacer preguntas. Los líderes de hoy hacen pocas preguntas y queremos que ellos, después de 2 años trabajando a tiempo completo para que todos los estudiantes aprendan, entiendan el problema de fondo.

¿Qué le recomendarías a alguien que está estudiando tu carrera en estos momentos?

Que en su primer trabajo la función a maximizar sea aprender. Uno sale cansado de estudiar seis años. Y por eso uno quiere tener una remuneración y, quizás, mayor estabilidad, pero hay que vencer eso. Tu primer trabajo es donde tu aprenderás muchísimo. ¿Y, cómo lograr eso? Creo que hay dos cosas: tener un muy buen jefe y meterte en un gran problema. O sea, si tú te metes a planillar en Excel, quizás tengas un buen jefe, pero no sé si tienes un gran problema. Creo que uno aprende cuando entiende que la cabeza y el corazón están donde están los pies. Y si tus pies están sobre el problema, vas a aprender a estar muy estimulado mental y sensorialmente.

¿Cómo es el Chile que sueñas?

El Chile que sueño es un país más justo. Pero mi percepción de justicia es distinta, en el sentido de que yo apunto mucho al buen trato, a las buenas relaciones. Yo creo mucho en la relación humana como la base de todo lo que hacemos. Entonces, yo creo que hoy en día el foco está muy en lo técnico, trabajando en leyes y cosas más estructurales del sistema, lo que está bien, pero yo hago la pregunta: ¿Qué es lo que haces tú cuando nadie te ve? Eso es lo más importante porque va a hacer florecer lo otro.