Entrevista a una egresada: Macarena Droguett
23/08/2024La historia de Macarena está marcada por la perseverancia de seguir un sueño, el trabajo duro para convertirlo en realidad y el apoyo incondicional de su familia mediante la promoción de su curiosidad siendo niña, lo que impulsó su interés por las ciencias y sembró en ella la idea de convertirse en astrónoma.
Macarena Droguett estudió Astronomía en la Universidad Católica y actualmente está cursando el último año del doctorado en Astrofísica en la misma casa de estudios, durante el cual participó de la versión 2023 del certamen “Tesis en 3 minutos UC”, siendo la ganadora con su investigación que compara la fusión de una galaxia con un bowl de ramen.
Tras finalizar el pregrado en el Instituto de Astrofísica el año 2020, se convirtió en la directora de Contenido de la Fundación Astromanía, donde ha podido desarrollar iniciativas enfocadas en niños, niñas y adolescentes, además de divulgación científica mediante el desarrollo de cápsulas audiovisuales que buscan acercar los conocimientos a los más pequeños.
Actualmente está realizando su pasantía doctoral en el National Radio Astronomy Observatory (NRAO) en Charlottesville, Virginia, EE. UU., desde donde desarrolla investigaciones sobre agujeros negros, su área de estudio.
Desde temprana edad demostró gran interés por descubrir y aprender cosas nuevas, lo que la llevaron a formar parte de talleres escolares relacionados con las ciencias. Allí, tuvo la oportunidad de participar de un concurso sobre astronomía y astronáutica, quedando enamorada del tema y tomando la decisión de que eso sería a lo que se dedicaría el resto de su vida.
Pudimos contactarnos con ella mientras reside en Estados Unidos, y conocer más de su historia, lo que le apasiona y qué espera para su futuro y el de nuestro país.
¿De dónde surge este gusto por la astronomía y la ciencia?, ¿hay alguien en tu familia que te haya acercado a esos temas?
En verdad nadie me inculcó el interés por la astronomía directamente. Mi papá es ingeniero y mi mamá es profesora y psicopedagoga. Lo que influyó en mí y en la forma de ser, un poco, fue que siempre me apoyaron mucho e inculcaron el ser curiosa, y desarrollaron en mí la intención de querer saber cosas.
Como ejemplo, un día cuando tenía como 5 años, estaba enojada porque en el “Chiquitín sorpresa” se me repetían siempre los mismos premios y yo quería saber el porqué. Entonces mis padres me dijeron “llama y pregunta. Hay un número al que se puede llamar”.
Yo siempre digo que hay otros papás que quizás no le hubiesen dado relevancia o que hubiesen pensado en cómo vamos a estar llamando para algo como esto. En cambio, a mí me dejaron llamar por mí sola. Claro, estaban mis papás por ahí escuchando, pero lo hice por mí misma y la persona que me contestó fue súper simpática, le causó mucha gracia que una niña de 5 años llamara para preguntar eso. Amablemente me explicó que solamente tenía mala suerte, que las sorpresas eran al azar.
Siento que esa situación es un ejemplo que habla mucho de cómo fueron mis padres durante mi crecimiento. Nunca limitaron la idea de que pudiese descubrir y conocer cosas. Entonces creo que ambos querían instar a que fuese curiosa y que buscara respuestas.
¿Cómo llegas a tomar la decisión de estudiar Astronomía?
Siempre he estado muy agradecida de haber encontrado lo que me gustaba y apasionaba, en el sentido de qué estudiar o qué querer hacer con tu vida, a muy temprana edad.
Puntualmente, podría decir que fue volviendo de unas olimpiadas escolares sobre astronomía y astronáutica en el que participamos con compañeros de mi colegio, y que se hizo en Puerto Varas cuando cursaba el primero medio. Ese hecho me permitió procesar la información durante los años siguientes de la enseñanza media y ya en cuarto medio estaba súper decidida y segura de que eso era lo que quería hacer.
Algo importante que también pasó en esas olimpiadas es que pudimos conocer a astrónomos y astrónomas de verdad. Yo ni siquiera sabía que era algo que se podía estudiar en la universidad. En mi mente las personas que eran astrónomas eran ingenieras o algo relacionado con la química. No tenía idea que se podía estudiar Astronomía como tal. Entonces cuando lo descubrí fue maravilloso.
Actualmente estás terminando tu Doctorado en Astrofísica, también en la UC, ¿Cómo ha sido ese proceso y cómo sientes que aportó y aporta la Universidad Católica en tu desarrollo profesional?
Me pasó que, mientras buscaba información sobre magíster en distintas universidades del mundo (porque me daba miedo hacer directamente un doctorado), me encontré con que, al revisar los contenidos que ofrecían sus mallas curriculares, yo había visto la mayoría de ellos en el pregrado. Entonces ahí me surgió la idea de saltar ese proceso e ir directamente al doctorado porque, finalmente, el pregrado de la UC te deja súper preparada y no solamente para seguir estudiando o hacer una carrera en la academia, sino que te permite especializarte y desarrollarte profesionalmente en muchas áreas. La cantidad de programación que aprendí me sorprendió. Eso sobre el tema específicamente de educación y contenido.
Por otro lado, están las oportunidades como el concurso 3MT (Tesis en 3 minutos, con sus siglas en inglés), porque la Universidad Católica es la única universidad de Sudamérica en la red Universitas 21, que son quienes lo organizan. Además, de no haber tenido los talleres y cursos que ofrece la UC sobre formación personal, quizás nunca se me hubiese ocurrido participar. Entonces estas oportunidades son invaluables.
Durante el proceso de tu Doctorado pudiste trabajar con el observatorio y el radiotelescopio ALMA, que está en el norte de Chile, ¿Cómo fue esa experiencia y cómo ayudó a tus investigaciones?
Sinceramente, fue increíble. Todo comenzó cuando, durante una charla a la que asistí, el charlista comentó que, si a alguien le interesaba trabajar o tener algún acercamiento con ALMA, él dejaba a su contacto. Así conocí al que es mi actual profesor guía del Doctorado, el astrofísico argentino Ezequiel Treister.
ALMA, al ser un radiotelescopio, no es el típico observatorio que está en nuestros imaginarios, como un gran telescopio donde vemos cosas a través de un lente, sino que funciona mediante la captación de ondas, las cuales se transforman en datos que deben ser “decodificados” -por así decirlo- para luego recrear lo que está captando y que se logre mostrar una imagen.
Fue un proceso de aprendizaje increíble. También me permitió hacer muchas otras cosas para especializarme en los agujeros negros, que es mi área de estudio y en lo que planeo enfocar mis investigaciones en el futuro. Los agujeros negros son lo mejor que hay.
Durante el doctorado hay un momento en el que una tiene que trabajar en distintas áreas, para desarrollar un aspecto que se llama ´versatilidad en la investigación´, con la idea de que, sin importar dónde estés, seas un buen científico y desarrolles una amplia gama de habilidades. Durante ese proceso, trabajé con agujeros negros en simulaciones, luego con estrellas y sus datos reales, y finalmente con agujeros negros y datos rales. Entonces pude concluir que los agujeros negros son lo mío y me encanta esa área.
Una vez finalizado tu Doctorado y ya pensando en el futuro, ¿qué te gustaría lograr?, ¿qué legado te gustaría dejar con tu trabajo?
Me gustaría ser un ejemplo de lo que se está haciendo en Chile respecto al desarrollo científico, porque se está haciendo investigación de última generación y yo soy sólo una de las personas que lo está haciendo.
He tenido la suerte de poder trabajar y poder participar de instancias como mi pasantía, con las que me gustaría provocar que la gente se entere que se está haciendo ciencia en nuestro país; mostrar que hay muchas mujeres, muchas chilenas, trabajando en astronomía, en ciencia de última generación, y que eso sirva de ejemplo para las futuras generaciones; que genere el interés por la carrera y veamos a más gente entre a estudiarla.
Por ejemplo, cuando estudié el pregrado entrábamos 30 y salían 10 (aproximadamente). Entonces me gustaría ver que ese número aumenta y ver que, como chilenos y chilenas, tenemos un rol más activo en esta ciencia, que al final se está haciendo en nuestro suelo
También pasa que se piensa que para hacer ciencia o trabajar en algo relacionado a la ciencia hay que ser casi que un superdotado, un genio. Y lo que he tratado de hacer, desde mi lugar, es mostrarles que somos personas comunes, que tenemos hobbies y que hacemos más cosas además de nuestras investigaciones. Es cosa de ser curiosos y curiosas, seguir el método científico y ya está, estamos haciendo ciencia.
La astrónoma UC y futura doctora en Astrofísica es sin duda una de aquellas personas que inspiran al resto. Su pasión y carisma hacen que el desarrollo de su profesión tenga un sentido más allá de lo académico y apunta a la posibilidad de ser un ejemplo para que más niños, niñas y adolescentes se interesen en la ciencia en nuestro país, y que Chile logre posicionarse como una nación pionera en el desarrollo de las distintas áreas de investigación del universo.