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Alumni UC por el mundo: Ángela Baeza, premiada por la Asociación de Educadores de Australia

La exalumna de Pedagogía Media y Magíster en Ciencias de la Educación UC, fue reconocida por la institución internacional gracias a su sobresaliente contribución a la educación indígena en Australia.

A inicios de julio se celebró, en la ciudad de Perth, la Conferencia Anual de la Asociación de Educación de Australia (ATEA), institución que cada año otorga importantes reconocimientos a educadores por su aporte a la educación en distintas áreas, tanto a nivel nacional como internacional.

En esta versión 2025, la exalumna de la Facultad de Educación UC, Ángela Baeza (46), fue reconocida con el premio a una nueva categoría introducida este año, para destacar a aquellos profesionales que contribuye a la educación indígena en Australia.

Tuve el honor de recibir este reconocimiento en el que se me destacó por mi liderazgo, defensa y compromiso con la formación docente de los pueblos indígenas en Australia. Este reconocimiento representa para mí no sólo un respaldo a mi labor como educadora, sino también un estímulo a mi trabajo como investigadora. Lo asumo con responsabilidad, y con el compromiso de continuar colaborando en la mejora de la educación que reciben los pueblos indígenas, tanto en Australia como en Chile”, destacó la egresada de Pedagogía Media y Magíster en Ciencias de la Educación UC.

Ángela creció en la Pampa chilena y siempre ha estado conectada con su herencia de los pueblos originarios, ya que la familia de su padre proviene del pueblo Diaguita, lo que la llevó a profundizar sus investigaciones en dicha área en el Magíster en Educación de Monash University y, aún más, en el Doctorado en Estudios Indígenas que cursó en la Queensland University of Thechnology (QUT), en la ciudad de Brisbane, donde actualmente trabaja como académica e investigadora.

En la siguiente entrevista Ángela nos cuenta sobre sus líneas de investigación, cómo llegó a vivir a tantos kilómetros de Chile, y cuáles fueron los principales aportes de la UC en su formación profesional a lo largo de su trayectoria.

Ángela Baeza recibiendo el premio ATEA 2025.

¿Podrías contarnos en mayor detalle en qué ha consistido esta importante contribución que has realizado hacia las personas indígenas en Australia?

Mi investigación doctoral contribuyó al desarrollo de un marco innovador que examina la relación entre las comunidades indígenas, los contextos escolares y los sistemas de apoyo externo, con un enfoque particular en el pueblo Atacameño (Likanantai). Este modelo ha sido publicado en revistas académicas y presentado en congresos internacionales, y se ha convertido en un recurso valioso para docentes en formación y en ejercicio, que trabajan en contextos culturalmente diversos.

Desde la finalización de mi doctorado en 2022, me desempeño como académica en la Queensland University of Technology (QUT), donde he diseñado y coordinado un currículo universitario que integra pedagogías culturalmente receptivas, aprendizaje experiencial y perspectivas indígenas.

Estas unidades curriculares promueven la interacción significativa de los estudiantes con los conocimientos y cosmovisiones de los pueblos aborígenes de Australia, incorporando prácticas basadas en la investigación, reflexión crítica y experiencias de aprendizaje comunitarias. El objetivo es dotar a los futuros profesionales y lideres en sus respectivas áreas, de las herramientas necesarias para interactuar de manera respetuosa y efectiva con comunidades indígenas.

¿Cómo han sido tus investigaciones en este campo?

En el ámbito de la investigación, he participado en diversos proyectos que han resultado en publicaciones en revistas académicas de alto impacto y capítulos de libros. Estas contribuciones han generado nuevo conocimiento sobre educación indígena y desarrollo docente en contextos interculturales.

Uno de estos proyectos, financiado por el  Australian Research Council y facilitado por la Red Nacional de Investigación y Conocimientos Indígenas de Australia (NIRAKN), examinó los determinantes sociales que influyen en la finalización de estudios universitarios de estudiantes indígenas y no indígenas. Con datos de 2.528 graduados (incluidos 308 indígenas australianos), el estudio dio lugar al desarrollo del modelo del Higher Education Success Factor (HESF), un marco basado en evidencia que identifica prioridades institucionales para apoyar el éxito estudiantil.

Este trabajo ha sido ampliamente difundido a través de publicaciones y presentaciones en conferencias nacionales e internacionales, y se desarrolló en colaboración con colegas de la QUT, University of Queensland, Griffith University y University of New England.

En este contexto investigativo, ¿cómo ha sido tu acercamiento a la cultura indígena australiana y qué puedes contarnos sobre ella?

En 2024, obtuve financiamiento para liderar un proyecto centrado en la integración de conocimientos aborígenes en las aulas australianas. Esta iniciativa, en colaboración con docentes de una escuela independiente de Brisbane, explora las experiencias del profesorado que incorpora perspectivas indígenas en su enseñanza. Los hallazgos, que incluyen una revisión sistemática en proceso de publicación, buscan orientar el diseño de programas de formación docente en universidades australianas.

Actualmente, superviso a estudiantes de doctorado, tanto indígenas como no indígenas, cuyos proyectos se enfocan en mejorar la calidad de vida de los pueblos indígenas a través de la educación.

En cuanto a la cultura indígena australiana, conocida como Aboriginal and Torres Strait Islander peoples, es importante destacar su diversidad: existen múltiples grupos con al menos 250 lenguas distintas. Cada grupo posee tradiciones y formas de vida únicas, pero comparten una profunda conexión espiritual con la tierra, un fuerte sentido de comunidad y un respeto fundamental por los mayores, conocidos como Elders.

Ángela Baeza presentando en la World Indigenous People's conference (WIPCE), conferencia donde exponen sólo personas que son indígena de cualquier parte del mundo.

Ángela Baeza presentando en la World Indigenous People’s conference (WIPCE), conferencia donde exponen sólo personas que son indígena de cualquier parte del mundo.

¿Cómo llegas a especializarte en el tema de la educación en población indígena? 

Nací en la Pampa chilena, lo que me permitió experimentar de primera mano lo que significa crecer y ser educada en un contexto rural, alejado de las comodidades urbanas. Esta vivencia, junto con mi herencia indígena, mi familia paterna pertenece al pueblo Diaguita, ha sido una fuente constante de motivación en mi vida personal y profesional. Desde temprana edad observé cómo, a pesar de sus capacidades, muchos estudiantes de zonas rurales enfrentaban barreras que les impedían acceder a estudios superiores. Esta realidad fue decisiva en mi decisión de convertirme en docente.

Me formé como profesora y posteriormente cursé un Magíster en educación en la UC. Tras varios años de experiencia como profesora de colegio, editora de textos escolares de matemática, y docente universitaria, en 2010 tuve la oportunidad de integrarme a una organización sin fines de lucro, desarrollando un programa de apoyo para docentes en aula, muchos de ellos trabajando en comunidades indígenas de la primera y segunda región de Chile. Esta experiencia reveló una gran necesidad: en Chile no estamos suficientemente preparados para enseñar en contextos rurales, y menos aún en contextos indígenas.

Este descubrimiento me impulsó a continuar mi formación profesional. Decidí realizar un Magíster en Educación con foco en educación indígena, lo que me llevó a Monash University en Melbourne, Australia. Allí se abrió un nuevo mundo para mí. Mi tesis se centró en la historia de vida de los docentes que trabajaban en la comunidad Atacameña en el Salar de Atacama. Ellos me hablaron de los desafíos, la relación con la comunidad y sus motivaciones. Conocer sus experiencias fue profundamente conmovedor y, junto con lo aprendido en el programa del magíster, me motivó a postular a un doctorado.

Obtuve una beca del Gobierno Australiano y comencé mi doctorado en la Queensland University of Technology (QUT) en Brisbane, bajo la supervisión de un destacado académico indígena australiano, que me guió en este camino. Al día siguiente de finalizar mi doctorado, se me ofreció una posición académica en el Carumba Institute, que es el centro de investigación indígena de la Universidad, cuyo objetivo es ofrecer un entorno educativo e investigativo para personas indígenas de primer nivel, y destacar la importancia crucial de los conocimientos indígenas para un futuro sostenible. donde continúo trabajando hasta hoy.

Desde este espacio he desarrollado investigaciones que vinculan comunidades indígenas tanto en Chile como en Australia, consolidando una trayectoria que une mi historia personal con mi compromiso académico y profesional, por la mejora de la educación en contextos indígenas.

Fotografía de Ángela Baeza junto a un canguro

Ángela pasando mi tiempo libre en la naturaleza australiana, junto a un canguro, marsupial que habita únicamente en el país oceánico.

¿Cómo ha sido tu experiencia en Australia, y qué es lo que más rescatas de su cultura?

Ha sido un interesante camino, personalmente desafiante. Soy muy cercana a mi familia, y la distancia con Chile nunca ha sido fácil. Aunque aquí he formado mi propia familia, siempre se extraña el calor de los almuerzos extensos y las celebraciones familiares que caracterizan a mi entorno en Chile, donde somos muy aclanados, y estando lejos eso se valora aún más.

A veces hay choques culturales, obvio, y el inglés es un tema no menor, pero siento que toda la experiencia de vida aquí me ha ayudado a crecer tremendamente como persona y a superarme cada día.

Desde lo profesional, también ha sido un proceso de crecimiento continuo: desafiante, exigente, pero profundamente enriquecedor. He tenido la oportunidad de trabajar con expertos y académicos de gran prestigio en el campo de la educación, formar grupos de investigación, y establecer redes de colaboración internacional, y presentar mi trabajo en Estados Unidos, Europa e incluso en comunidades indígenas en Canadá.

De la cultura australiana destaco el respeto por la diversidad multicultural. Este es un país donde personas de todo el mundo conviven e interactúan diariamente; basta caminar por las calles para escuchar una variedad de lenguas que reflejan esa riqueza. También valoro profundamente la importancia que se le da a la calidad de vida, al tiempo de ocio y al disfrute con amigos y familia. Las jornadas laborales suelen ser más cortas que en Chile, y los entornos de trabajo generalmente son flexibles, en especial para madres y padres trabajadores.

¿Qué es lo que más rescatas de tu paso por la UC y de tu proceso de formación?

De la UC, la formación pedagógica fue realmente significativa para mí. Creo que tanto en la carrera de Pedagogía como en el Magíster tuve docentes excelentes que me marcaron profundamente, no sólo por su entrega, sino también por la calidad de la enseñanza que me brindaron. Imagínate que aún mantengo contacto con mi supervisora del Magíster, quien también fue mi supervisora de práctica: María del Carmen Rencoret.

Noté esa diferencia desde el primer día del Magíster en Australia. Puedo decir que, aunque estudiar en otro idioma representa una gran dificultad, en cuanto a los contenidos propios de la disciplina, como metodologías de investigación, teorías, etc., nunca tuve mayores problemas. Siempre me sentí muy bien preparada.

En lo personal rescato a mis amigos, conocí a personas increíble, con decirte que mis mejores amigas son todas compañeras de la facultad de matemática de la UC, que hasta el día de hoy son esencial en mi vida y me han acompañado a través del duro proceso de inmigrar.

¿Qué sueñas para Chile?

Para Chile, sueño con un futuro en el que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad, sin importar su lugar de origen o contexto geográfico. Para lograrlo, es fundamental fortalecer la formación docente y generar conciencia sobre las barreras estructurales que enfrentan muchos estudiantes, especialmente aquellos de origen indígena o que viven en zonas rurales.

Me gustaría que cada niño y niña en Chile tuviera la posibilidad real de convertirse en un adulto con libertad para decidir su camino, sin que su origen determine sus oportunidades laborales o personales. Sueno con un Chile con educación como una herramienta de equidad, empoderamiento y transformación social.

A futuro, Ángela espera continuar en la docencia en Educación Superior y seguir ampliando su área de investigación con otras comunidades indígenas en Latinoamérica, así como también seguir contribuyendo con la mejora de las políticas educativas desde su rol como investigadora.

En lo personal, también quiere continuar acompañando a su hija en su crecimiento quien, si bien nació en el país oceánico, «mi objetivo es ensenarle siempre lo rico y único de su cultura chilena y también la Diaguita, para que se sienta orgullosa de quién es, y de su familia de origen, a pesar de vivir en un contexto muy diferente”, finaliza.

 

 

 

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