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Nueva Vicerrectoría de Asuntos Internacionales

Con el fin de liderar y ejecutar las políticas de relaciones internacionales de la Universidad Católica, se creó este año la nueva Vicerrectoría de Asuntos Internacionales, encabezada por Lilian Ferrer.

Desde ahora, la gestión de programas de intercambio tanto de estudiantes como de académicos, la representación de la UC ante agencias e instituciones internacionales, atraer a estudiantes extranjeros y fomentar la internacionalización hacia el interior de la Universidad, entre otras cosas, serán las funciones que realizará la nueva vicerrectoría que busca, en palabras de Lilian Ferrer, “instalar una cultura de internacionalización a través de un proyecto integral que sea transversal a toda la universidad.

La nueva vicerrectora es enfermera matrona de la UC y doctora en Ciencias de la Salud Pública por la Universidad de Illinois en Chicago, institución en la que también obtuvo una Maestría en Ciencias en Enfermería. Hoy, en esta nueva labor, Lilian aclara que la visión de esta nueva Vicerrectoría es que la UC, junto a sus socios internacionales sean los líderes de la resolución de desafíos globales.

Estos nuevos avances en internacionalización, en palabras de la nueva vicerrectora, tienen que ser un trabajo participativo dentro de la universidad: “Ser competentes culturalmente es una herramienta invisible que es muy eficaz para mejorar la productividad profesional y científica. Tiene que ver con desempeñarse adecuadamente como persona y profesional en un mundo donde no hay fronteras. En tal sentido en la UC estamos formando profesionales para el mundo. Asimismo, es importante que nuestros profesionales y administrativos sean culturalmente competentes, pues van a poder acompañar de manera óptima a los estudiantes extranjeros que recibimos todos los años, o apoyar a nuestros académicos en sus labores internacionales.

¿Cómo estará conformada la estructura de esta nueva vicerrectoría?

Hoy tenemos dos proyectos de internacionalización que están siendo coordinados por las vicerrectorías de Investigación y Académica, además de un sólido programa de intercambio estudiantil. Entonces necesitamos integrar estas iniciativas y plasmarlas en una estrategia fundamental que nos permita un posicionamiento internacional que represente oportunidades de crecimiento. Por otro lado, me parece importante reiterar que es un proyecto en el que debe participar toda la comunidad, generar un diagnóstico participativo que nos permita instaurar un proceso de internacionalización integral, acompañado de una estructura transversal que sea acogedora y con un fuerte énfasis en el trabajo equipo. Para instalar una cultura de internacionalización es importante que todos nos escuchemos y contribuyamos a un sueño común.

Estamos atravesando un escenario complejo, marcado por una pandemia que ha afectado a todo el mundo. Se ha criticado la falta de colaboración entre países, ¿cómo pueden las universidades aportar en esta cooperación internacional?

En un mundo global, y frente a desafíos como los que vivimos hoy, uno no puede trabajar solo, es necesario estar en contacto permanente con socios estratégicos al interior y exterior del país, asimismo estar presentes en organizaciones internacionales donde se establecen directrices de trabajo a nivel mundial.

Las redes son claves para lograr el éxito, en ese sentido es importante evaluar de manera permanente nuestras alianzas persiguiendo un equilibrio entre lo que podemos recibir y lo que podemos entregar. En el caso de la crisis provocada por el Covid-19, es una oportunidad de lograr cohesión en el mundo. Nuestro Programa de Salud Global, por ejemplo, está trabajando junto a nuestra Red de Salud en la elaboración de material de capacitación para equipos de salud, en varios idiomas, que serán distribuidos en diversos países. Lo mismo ocurre con la distribución que se ha realizado de las directrices éticas para el cuidado de las personas, documento desarrollado por nuestro rector Ignacio Sánchez; además de otras iniciativas, como el desarrollo de cicladores de ambú para el apoyo ventilatorio por parte de la Facultad de Ingeniería que contó con el apoyo del MIT. Al final, la internacionalización debe servir para acercarnos, colaborar y poder responder a las necesidades que tiene cada uno de manera oportuna, generando un mayor bienestar. Un trabajo internacional en momento de crisis da espacio para una coreografía con participantes del mundo, siempre que nazca y desemboque en un sistema con dinámicas que aporten a nuestro bienestar y el de otros.

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